Este libro se diseña como un laberinto, como un juego de puzzle que el lector construye a medida que avanza. En él jugamos con las letras que danzan con la musicalidad de las palabras de la autora. En palabras de Miguel Tejada (editor):
Jardín es una novela breve, laberíntica y caleidoscópica; es un diario de sueños dentro de otros sueños. La escritura de Daniella Torres ocurre a través de la música de la vida: va y vuelve con los ritmos punzantes de la información; se esboza en el horizonte contemporáneo, cuando aparece el zumbido del aire oscuro de estas ciudades rotas y salvajes, y se atomiza en el latido de los pensamientos repetitivos y de la inesperada belleza al final de los delirios: donde nacen auroras, entre escombros y pavesas.
En el libro se incluye una página de stickers para que el usuario juegue con ellos, se los asigne a los capítulos y tenga un grado de interacción más allá de la lectura.